Nada más agradable en un día de frío y niebla, que abrigarse de pies a cabeza.
Como he comentado en la anterior entrada, el terciopelo me parece maravilloso por la textura, calidez, suavidad y riqueza que tiene.
En este caso, he complementado el sombrero de espiguilla de lana, con cinta de terciopelo de algodón y lazo zapatero, para dar un toque sofisticado a una tela más “sport”.
El resultado es un sombrero para todas las ocasiones.
¡No sabéis lo guapa que está Piki-Pikonna con este sombrero!
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